Esta situación le ocurrió a George Petersen hace unas semanas cuando encontró en un rastro de Oakland una pieza única propia de un museo.
Actualmente George se desempeña como editor de la revista FOH, que trata esencialmente sobre temas relacionados con el audio para conciertos.
El último artículo que recuerdo haber leído de George, es uno en el que comentaba como sacar el máximo de nuestra visita al Musikmesse, que es el evento mas grande relacionado con la industria de la música de este lado del charco.
En ese articulo, además de explicarnos qué entradas y salidas venían mejor usar en el recinto donde se realiza la convención, también comentaba algunos de los aspectos turísticos y culinarios que hay que tener en cuenta para sacar el máximo de nuestra visita.
Como guinda a esa colección de recomendaciones, George se deja para el final la encarecidísima recomendación de visitar el rastro de la ciudad porque según el, aparte de que se pueden encontrar buenas oportunidades, es una experiencia a ser vivida porque da una muestra del verdadero pulso de la ciudad.
Recuerdo que me llamó mucho la atención el hecho de que hiciera hincapié en la visita al rastro, se que George es un asiduo visitante de rastros porque en su página de Facebook, siempre publica las cosas que se compra por cantidades ridículas de dinero, pero que le dedicara parte de su artículo sobre el Musikmesse al rastro, me parecía cuando menos una excentricidad.
El Lunes por la mañana comprendí a qué se refería cuando al revisar mi Facebook, me encuentro con una actualización en el muro de George donde nos comentaba que el misterio del ecualizador desconocido había quedado resuelto, llevaba días preguntándole a todo el éter si alguien tenia idea de la marca, el modelo o el origen de un ecualizador que recién había comprado el pasado 29 de Abril en un rastro de la ciudad de Oakland.
Finalmente obtuvo una sorprendente respuesta, el aparato que es una mezcla de PULTEC con ElectroDyne, resultó ser nada mas y nada menos que una de las unidades de ecualización de ¡la suite de Mastering del mítico estudio de la Motown! .
Ese hallazgo, es en si mismo, un hallazgo único, pero es que lo más increíble de todo, es el precio que George pago por el, ¡20$!. No se lo que esa maravillosa pieza de historia puede costar, pero seguro que no menos de 10.000-15.000$ y seguramente me estoy quedando corto, tomando en cuenta que hace unos meses se vendieron un par de canales de compresión desmantelados (había que contratar a un técnico cualificado para poder ponerlos en marcha) de una mesa EMI de los que habrá una docena en el mundo por 10000$, ¡y en este caso hablamos de un ecualizador único!
Una vez que leí sobre este hallazgo, entendí porque George invita a sus lectores a hacer lo mismo que hace el; ir en busca de piezas únicas a los rastros. A partir de ese momento, me dije: “tengo que visitar mi rastro local pronto”, igual me está esperando un U47 original en su caja por 100€”.
George asegura que este caso, es extraordinario ya que lo que mayoritariamente se encuentra, son instrumentos antiguos, cascados y rotos, pero de vez en cuando, encuentra alguna cosa que por poco dinero termina valiendo la pena. También comenta, que en cuanto a audio, lo normal es toparse de cuando en cuando con algún 58 que te pillas por 10$, pero esto del EQ de la Motown supera con creces la más increíble de las historias.
Nosotros en nuestro estudio de grabación siempre estamos a la caza de oportunidades. Los que nos conocen, saben que algunos de nuestros equipos tienen “pedigree”, y en algunos otros casos, no lo tienen, pero no dejan de ser equipos comprados por una fracción de su verdadero valor.
Felizmente, este maravilloso ecualizador no ha podido caer en mejores manos, y ha caído con sus perillas y transformadores en la mesa de trabajo de los técnicos de Vintage King para acometer su puesta a punto. Es notable, como ya hay personas que le piden que le ceda la unidad los chicos de Universal Audio para que lo emulen y todos podamos disfrutar del fantasma digital de esta pieza única.
Quiero agradecer a George por permitirnos en Playground compartir con todos vosotros esta historia que cuenta como la suerte, es una cosa que uno mismo se coloca en el camino.