La vida en el estudio de gabación da para mucho y siempre me suceden cosas que pueden parecer cuando menos llamativas, recientemente me he encontrado varias veces preguntándole a los clientes de mi estudio, ¿en que medio va ser escuchado tu programa cine o TV?, la pregunta suele dejar a la gente un tanto sorprendida.
Por lo visto y mas en estos tiempos low cost esta pregunta que a priori puede parecer absurda suele causar estupefacción en mis clientes.
Obviamente lo primero que me dicen es, ¿cuanto me va a costar eso?, desafortunadamente hay casos donde eso le va a costar mas dinero a quien produce, la razón es muy simple y puede parecer que lo que yo quiero es sacar mas dinero al cliente, les puedo asegurar que no hay nada mas nefasto que intentar usar la mezcla que se ha diseñado para un medio especifico en otro y voy a contar algunos ejemplos para que quede claro porque no es ninguna tontería lo de tener dos versiones de mezcla distintas.
Lo primero es entender que ambos medios de reproducción son tangencialmente distintos el uno del otro, la televisión es emitida por vía aérea por lo que impone a los contenidos varios procesos que suponen cambios mas que notables sobre lo que se mezcla en el estudio, estos son ingesta (es el nombre que le dan a la digitalización/transferencia de los programas en los servidores de emisión de los canales de TV) paso a través del emisor el cual dispone de un procesador dinámico (un limitador) que evita que se emita el programa fuera del rango establecido por la ley, la emisión pura y dura de la señal que en estos tiempos es una cadena de datos numéricos que a su vez llega a cada receptor de TV y que este descodifica con su respectivo descodificador -de mayor o menor calidad según sea el caso- en este caso concreto yo tengo la experiencia de haber escuchado una película en emisión mezclada por mi en dos receptores distintos con dos descodificadores distintos y recuerdo con amargura quedarme atónito ante la diferencia brutal de sonido de cada uno de los receptores.
A todo esto hay que añadir que el sitio donde se va a ver el programa que no es necesariamente el mas adecuado, esto es, que en la gran mayoría de los casos los receptores de TV están instalados en áreas comunes, salones de casa, lobbys de hotel, bares o cafeterías, salas de espera y en el mejor de los casos habitaciones o dormitorios.
Todos estos sitios tienen algo en común, son ruidosos -ventanas abiertas, teléfonos sonando, el resto de habitantes del recinto haciendo sus cosas- por tanto están muy lejos de ser el lugar ideal de escucha.
En vista de todas estas condiciones cuando se hace una mezcla para TV se tiene que tomar en cuenta que la señal debe estar depurada para que en emisión tenga la menor cantidad de cambios dinámicos y tímbricos posible, de manera que la escucha de los programas sea lo mas fácil posible para el espectador ademas se debe tomar en cuenta que va a ser emitida a través de la cadena que antes describí y que estos procesos suponen cambios también , por tanto todos estos factores imponen una mezcla que es por decirlo de alguna manera «especial» y que en muchos casos limita los aspectos técnicos y creativos del ingeniero de mezcla.
Del otro lado de la moneda está la mezcla de cine que es mucho mas agradecida aunque en mi opinión mucho mas compleja en términos artísticos, narrativos y en ocasiones técnicos, si los medios técnicos que se requieren para hacer una mezcla de cine están dados las cosas que le pueden quitar el sueño al ingeniero básicamente se centran en lo artístico.
Gracias a que la mezcla de una película va a ser escuchada en una sala donde todas las condiciones están a favor del espectador las exigencias técnicas son en términos de mezcla menores, esto es que la sala se supone que va a estar insonorizada, y tratada acústicamente para que la escucha sea la idónea, el único ruido con el que tenemos que luchar es con el de las palomitas y el de algún móvil ocasional que hemos olvidado silenciar.
Es importante recalcar que no estoy restando importancia al aspecto técnico de la mezcla de cine, simplemente digo que una vez que eso queda asentado no hay que tener infinitamente presente mientras se mezcla los aspectos dinámicos y tímbricos de la película.
En una conversación que tuve con Skip Lievsay este me dijo, que el nunca empleaba procesos dinámicos en sus mezclas, que básicamente mezcla a pelo, y que si aplicaba algo, en todo caso era un limitador durante la fase de volcado para asegurase de no distorsionar los codificadores de Dolby, ¡ni siquiera los usa durante la mezcla!.