Seguimos inmersos en la producción del nuevo trabajo de Ezequiel Serrano el sonido de este disco no tiene nada que ver con su antiguo trabajo como Cabezón Key, es mucho mas orgánico, mas comprometido con el performance, con la música.
Ezequiel es un artista inflexible a la hora de componer y tocar sus instrumentos (ha tocado todos los instrumentos íntegramente batería, bajo, guitarras, percusión y voces) podría decirse que es un perfeccionista, pero esta producción esquiva las perfecciones y abraza los pequeños errores con fervor, de una manera que solo habita en la mente de Ezequiel y solo al final cuando juntamos todo se engranan y forman un todo tan extraordinario que hace que cuando nos encontremos con los temas completados nos quedemos de piedra ante lo que tenemos en frente.
Puede parecer que al estar nosotros inmersos en el trabajo de producción de este disco seamos parte interesada y no paremos de hablar de las bondades de la música que este artista está haciendo con nosotros, pero es que de verdad Ezequiel está en otra galaxia y resulta estremecedor ser testigos de excepción en el proceso de creación de este disco.
Buena parte del esfuerzo de producción está centrado en el color, las texturas y en la captura del performance sin ningún tipo de compromisos con el tiempo y la calidad, no lo vamos a negar pero nos estamos divirtiendo mucho.