El próximo mes de febrero se presenta como uno de los más significativos en nuestros diez años de vida como estudio de grabación. Salvo en el caso de la música, nuestra forma de producir casi siempre se ha centrado en aportar trabajo a proyectos de otras personas con los que nos sentimos identificados. Pero febrero de 2017 nos convertirá en productores de esos que se embarran hasta el cuello, de los que apuestan hasta el final y no se detienen hasta que consiguen lo que quieren. Puede que suene a autobombo, pero es que la aventura en la que estamos a punto de embarcarnos lo impone. ¡Nos vamos a la Antártida!.
Durante cinco semanas, del 8 de febrero al 14 de marzo, estaremos embarcados en un buque oceanográfico de la Armada española, el superconocido y respetado Hespérides (http://www.csic.es/buque-oceanografico-hesperides). Nuestros anfitriones serán los científicos que coordina el Comité Polar Español en las dos bases ubicadas en el archipiélago de las islas Shetland del Sur, a más de 14.000 kilómetros de España.
El Hespérides ya ha zarpado desde el puerto de Cartagena con algunos de nuestros equipos a bordo -básicamente los pie de micrófonos y pilas, que son de las cosas que más aportan peso y de las que podemos prescindir sin que eso afecte nuestra operatividad mientras estamos en Madrid.
La idea es registrar todo el audio que sea posible. Parte del trabajo consistirá en hacer entrevistas a los científicos que están investigando en territorio antártico, pero también registraremos los diferentes sonidos de cada uno de los ambientes y de la fauna del lugar. Emplearemos un setup 5.1 para los ambientes y llevaremos detalle de cada grabación para levantar a la vuelta una librería de sonidos antárticos que permita saber el donde, cuando y como de cada grabación.
Para llevar esta tarea a cabo, teniendo en cuenta que estaremos aislados, sin posibilidad de reparar o sustituir los equipos dañados, que la climatología cambia de forma abrupta y que la temperatura oscilará entre los 2ºC y los -10ºC contamos con estos sistemas de grabación:
Según los fabricantes el rendimiento está garantizado, pero sabemos que estos equipos tienen pantallas de cristal líquido, y cabe esperar que por debajo de 0 grados el “líquido” se congele. Eso sí, una vez restablecida la temperatura vuelve a su estado original sin mayores consecuencias… o eso esperamos, estamos a punto de averiguarlo.
La microfonía que emplearemos será:
Una de la preocupaciones inevitables es saber cómo se va a comportar nuestro equipo a bajas temperaturas, particularmente los micrófonos. Luego de haber hecho un recorrido por los diferentes fabricantes nos han confirmado que van a funcionar bien. Sabemos que se han usado micrófonos de condensador en el monte Everest y no han fallado. Es probable que los cambios bruscos de temperatura produzcan condensación, así que hemos planeado poner los micros dentro de “calcetines” para evitar contrastes fuertes. Al tratarse de micrófonos de condensador la condensación de la humedad, si se produce, les afecta especialmente.
También emplearemos sistemas anti-viento y de suspensión de Rycote, específicos para cada micrófono. Son los más extendidos en el mundo de la grabación de exteriores, y sabemos que ya han estado en lugares inhóspitos. No nos preocupa su rendimiento, sabemos que van a ser nuestro mejor aliado contra el viento impredecible, pero siempre tormentoso del continente. Antártida, incluso en el verano austral, sufre fuertes y rápidos cambios de condiciones climatológicas, por lo que debemos estar preparados para responder si se producen. El único elemento que introduciremos como refuerzo es una cobertura de espuma al diafragma de los micrófonos, aún cuando estén recubiertos por el anti viento tipo jaula y el conocido peluche, tal como se puede apreciar en la fotografía.
El monitoreo está basado en el Sony MDR-7506. Estos cascos son el tanque Sherman de los audífonos. Yo personalmente tengo un par desde el año 1991 y funcionan sin problemas. Son lo suficientemente cerrados para garantizar la correcta escucha y el cable entorchado hace que admitan bastante castigo sin apenas acusar el daño.
La alimentación es un caso aparte. Tanto el grabador Roland como el Zoom trabajan con pilas AA pero a bajas temperaturas el rendimiento de una batería alcalina desciende a menos de la mitad. Luego de investigar hemos concluido que las pilas que se comportan mejor en esas condiciones son las de NiMh. Además, por razones medioambientales, son las más compatibles con el espíritu ecologista de nuestra aventura.
En vista de que vamos a estar en un lugar tan remoto, tenemos que pensar cómo aprovechar cada minuto. Si nos ponemos enfermos y no podemos grabar, trataremos de captar al menos los ambientes en estéreo, pegando los micros a la cámara.
La obsesión de quien se dedica a grabar sonidos en la naturaleza es conseguir la máxima quietud ambiental, o dicho de otro modo, grabar los acontecimientos de la naturaleza sin ningún rastro humano. Antártida se ofrecía como una de las opciones más prometedoras en este sentido, ya que está prácticamente despoblada. A modo de anécdota, en el estudio siempre comentamos que los tractores o los camiones son el peor enemigo del técnico de sonido, siempre hay uno sonando en los ambientes o en los wild tracks. Disfrutábamos pensando que no tendríamos que lidiar con ese tipo molestias. Por desgracia, durante una de las reuniones con los responsables del Comité Polar Español, estos nos comentaron que la base Juan Carlos I va a estar en obras, por lo que habrá camiones y tractores. !Están por todas partes, hasta en los confines del planeta!
Pernoctaremos en el buque Hespérides y nos desplazaremos a tierra cada día usando zodiacs. Es de vital importancia mantener el equipo a salvo de las salpicaduras de agua salada. Nos hemos decantado por meter el equipo en maletas estancas de la marca PELI, que son conocidas por su dureza y por aguantar un duro castigo sin que los elementos que transportan lo sientan.
Que nosotros sepamos no hay disponible una librería de sonidos exclusivamente de la Antártida. Existen colecciones que tienen algún sonido de las zonas polares, pero nada específico. Por eso nos hemos propuesto elaborar de forma metódica una librería que contenga el máximo número posible de paisajes antárticos.
Las expectativas son altas,tanta que nos hemos puesto en contacto con varias empresas del sector audiovisual con el fin de buscar apoyos que nos permitan afrontar el reto de forma más segura, a nuestro llamado acudieron dos empresas a las que estamos sumamente agradecidos Vidiexco y DPA microphones, ambas compañías nos han apoyado con equipos de grabación y accesorios que harán nuestras tareas en Antártida mucho más simples.
Esperamos grabar orcas y ballenas, mamíferos marinos y todas las aves posibles. Cabe esperar que disfrutemos de días desapacibles. En ese caso pretendemos registrar el sonido de los vientos salvajes. Y como no, sentimos una gran curiosidad por los paisajes sonoros del paso de Drake, el mar más violento del planeta. Esos sonidos no serán fáciles de registrar. Cabe esperar largos periodos de mareo en el camarote y un violento oleaje que sacuda el material. Aún estamos elucubrando cómo grabar en esos momentos sin que los equipos se expongan a los elementos. Pero habrá que esperar estar allí y estar abiertos a cierto grado de improvisación. Lo que sí es seguro es que os lo iremos contando.
En las próximas semanas iremos actualizando las aventuras de Playground por los confines del planeta, manténgase atentos.