Carlos Baute, La Oreja de Van Gogh, El Sueño de Morfeo y Alex Ubago. ¿Juntos?.
Imagino que darán por hecho que la gira era de todos estos artistas juntos, pero no, no es así.
Justo tenía planteado un par de conciertos con Carlos Baute en Bolivia y se dio casualidad que al finalizarlos empezaba una gira de 3 conciertos en Perú, de La Oreja de Van Gogh, El Sueño de Morfeo y Alex Ubago
Sin duda ha sido una suerte no solo que coincidiera el final de una con el inicio de otra, sino también la cercanía de ambos países.
Otra suerte ha sido poder mezclar a 3 artistas distintos.
Carlos Baute y El Sueño de Morfeo son artistas con los que trabajo habitualmente, pero Alex Ubago no.
Su técnico no pudo ir a dichos conciertos, así que hice la suplencia.
Esta aventura ha sido muy intensa. Intentaré resumir la experiencia personal así como la profesional.
Día 1
Salgo de España con mis compañeros de Baute y viajamos desde Madrid a Cochabamba, donde es el primer concierto.
Pero claro, no es un viaje directo, la ruta es: Madrid-Miami-La paz-Cochabamba.
Un viajecito de 35 horas.
Ya saliendo de Madrid comienzan las sorpresas.
El capitán del avión una vez que vamos por la pista para despegar, nos dice que dos pasajeros no subieron y que hay que volver a la terminal para sacar sus maletas.
Menos mal que tenemos 6 horas entre la llegada a Miami y la salida a La Paz.
Parece mucho pero es mejor que sea mucho tiempo, nunca se sabe las cosas que pueden pasar.
Sacan las maletas, dejamos la terminal. Una vez estamos aparentemente entrando en pista, el capitán dice que debemos volver de nuevo porque han detectado un problema con la bomba de uno de los tanques de gasolina y que hay que ver si se puede reparar.
¡Ay madre!, esto está empezando muy mal.
Ya se pueden imaginar la sensación de tener que volar 9 horas en un avión «reparado».
Total que los mecánicos la reparan y nos dicen que ahora si, que nos vamos, el capitán nos comenta que tiene muchas ganas de llegar a casa porque es el cumpleaños de su esposa.
No sé si es verdad pero me pregunto si lo dijo para darnos confianza.
Despegamos y la verdad que el vuelo fue genial.
Peeeeeero después de las 9 horitas, cuando nos preparan para aterrizar nos dice que va a haber un procedimiento de emergencia “habitual” pero que no tenemos que preocuparnos.
En ese momento empiezo a mirar la cara del personal de American Airlines, a ver si tienen cara de susto o de tranquilidad.
Se ve de todo, unos con una cara y otros con la otra, con lo cual, no sabes qué pensar.
En cuanto aterrizamos, mientras rodamos por la pista vemos coches de bomberos cual película. Si, esto no tiene buena pinta y se me pasa de todo por la cabeza.
En cuanto paramos, nos dejan detenidos mientras el equipo de tierra “revisa”una pieza que se sobrecalentó.
Se respira tensión en el ambiente.
Al pasar unos 5 o 10 minutos eternos, no sé cuanto fue, nos dejan ir a la terminal y salimos casi corriendo de ese aparato.
Bueno, ahora nos toca una espera de 4 horas en el aeropuerto, para coger el avión a Bolivia. Pensamos ir a comprar cosas por Miami, que suele ser muy barato, pero entre las dos horas de retraso, y el tiempo que tuvimos que esperar a que uno de nuestros compañeros pasara por un control aparte de inmigración, (si, donde te piden el pasaporte y te pregunte qué vienes a hacer en América), pues ahí. Así que, decidimos no ir a ningún lado.
Le retienen y se lo llevan a otra sala repleta de muuuuucha gente.
Entre toda es gente, estaba el actor Paco León, y según nos dice nuestro compañero, estaba muy asustado. Pero nada, es un trámite más. Lo malo, es que al haber tanta gente, se pierde mucho tiempo.
Al cabo de dos horas, sale y ya nos vamos a la otra terminal, a facturar y coger el siguiente avión.
¡Adiós comprasssss!
Se siente el cansancio y nos queda mas de la mitad del viaje aún.
Pero bueno, esto es así y lo sabíamos de antemano.
Hacemos todo el trámite y partimos.
Mientras esperamos un poco, intentamos saber dónde está uno de los compañeros que viene de México y se supone que coge el vuelo con nosotros. Cuando le logramos contactar nos dice que le cancelaron el vuelo a Miami.
Que le han puesto otro, pero vía Santiago de Chile, así que nos veremos ya directamente en Cochabamba. Ojalá así sea, este viaje se está tornando sorpresivo por llamarlo de alguna manera. Pero lo peor está por llegar.
El vuelo es nocturno, casi todo el tiempo dormimos. Lo malo es que dormir en la silla eléctrica no es muy agradable, ¡pero en fin!
Día 2
Una vez llegados a La Paz, salimos del avión y mal de altura. De inmediato.
¡Ufff!, que sensación mas desagradable. No sabes si es al cansancio o qué, pero te sientes fatal.
No a todos les pegó, no obstante para los que lo llevan peor, hay un personal de atención con bombonas de oxigeno que te ayudan a sentirlo menos.
Hubo una anécdota que merece la pena ser contada. Aprenderemos todos de ella.
Un chico que venía sentado junto a nosotros dejó su pasaporte en la maleta que traía cuando subía a la cabina. Como todo el avión estaba lleno, la maleta se la bajaron a la carga. El muy despistado dejó su pasaporte allí y cayó en cuenta cuando ya estábamos en el aire.
Cuando llegamos a la Paz y pasamos el control de inmigración, no le dejaron pasar pues no llevaba pasaporte. El explicó lo que le había pasado y le hicieron esperar mientras salía su maleta. Perooooo “sorpresa” su maleta no llegó.
Así que, le dejaron detenido hasta que llegara en el siguiente vuelo, es decir, al día siguiente. ¡Pobre chico!
Una vez pilladas nuestras maletas, nos fuimos a coger el vuelo a Cochabamba.
En dicho vuelo ya no pude dormir, pero me dediqué a tomar fotos y mirar por la ventana todo el altiplano desde el aire. ¡Impresionante!.
Una vez llegados a Cochabamba, nos recibe la producción y nos vamos al hotel. Tenemos que pasar entre las fans que reciben a Carlos en medio de un ambiente de locura generalizada.
Una vez llegados al hotel, destrozados (no obstante el humor no decae y no se siente tanto), nos encontramos con algunos compañeros de Argentina que trabajan con nosotros. Es un placer verles.
Sin embargo, no sabemos nada aún del que viene de México.
Me quiero ir a la cama, pero lo mejor es que antes vayamos a ver como va el montaje, el concierto es el mismo día.
Al llegar, nos encontramos el campo de fútbol lleno de gente de bandas militares, pues por lo visto, hay un concurso. Mientras, el personal ya está montando. Van muy retrasados, pero nos garantizan que llegan a tiempo.
Nos prometen tener todo a las 15:00h, es decir, que con suerte lo tienen a las 18:00h en el mejor de los casos. Pero bueno, hay que creer en la gente.
Volvemos al hotel. Hay una rueda de prensa de Carlos justo frente a nuestras habitaciones. Creo que no podré dormir hoy. Mientras, nos enteramos que el teclista no llegará hoy.
¡Dios no tenemos teclista para el concierto!, ¡gracias Aeromexico!
No queda mas remedio que montar los teclados con el corista que toca muy bien. Así que, nos quedamos varios trabajando toda la tarde en montar eso, con las grabaciones de algunos conciertos y las partituras. Así que, de dormir nada de nada.
Es duro, pero son cosas que pasan.
Terminamos justo a la hora de ir a preparar el equipo para luego hacer la prueba.
Salimos volando, llegamos y está todo montado. Preparamos todo para la prueba, la hacemos. Ya no sentimos ni padecemos. Lo que si, es que hay una profesionalidad que hace que esto camine. Lo digo con orgullo, son todos muy grandes!
El equipo con el que contamos es un maravilloso Adamson Y18 con procesadores Dolby Lake. Suena impresionante.
De mesas tenemos una Digico D5 para la PA y una Yamaha PM5D para monitores. Excelente material y en muy buen estado.
Debo decir, que la producción nos trató muy bien, han sido muy serios y profesionales.
Entra el público y al cabo de un rato Carlos sale y las hace estremecer y disfrutar. Son un público agradecido. No paran de cantar y gritar. Con este equipo es un placer mezclar. Una definición increíble. Te sientes como en un estudio. Ese día me quedo bastante conforme con el resultado obtenido habiendo pasado por todo lo que hemos pasado, pero para eso estamos allí.
Ya en el hotel después del concierto, nuestra producción nos invita a cenar.
Ya es de madrugada y algunos nos desmayamos de sueño en la mesa mientras esperamos la cena, ¡dios que sueñoooo!, parecemos niños, jejeje.
Ya en la cama, hablo con mi familia hasta que me desmayo.
Día 3
Quedamos a las 12 para irnos al aeropuerto. Despierto pronto gracias al famoso Jet Lag.
Al abrir la puerta me encuentro a nuestro teclista de México. ¡Que bien!, ya está con nosotros. Que aventura ha vivido pasando por varios aeropuertos con esperas interminables, ¡pobre!.
Nos vamos a Santa Cruz de la Sierra. Hoy no tenemos concierto, menos mal.
Ya es la segunda vez que vamos a esa ciudad.
Vamos al mismo hotel y hasta los camareros me reconocen. La gente aquí es muy agradable.
También he de decir que la comida en Bolivia en general es muy sabrosa. Es un placer.
El recinto del concierto está al lado del hotel, ¡no puede ser mas perfecto!.
Vamos al recinto, revisamos el equipo. Esta vez contaremos con un equipo de la marca española Das, en concreto un Aero 50.
De mesas tendré la misma Digico D5 y una Yamaha M7 de monitores.
Esa noche, Pereira que es el batería y yo, quedamos con un fabricante de baterías de allí que hace unas cajas maravillosas. La marca se llama Sarai drums
La recomiendo mucho, suenan increíble, con volumen, consistencia y estabilidad. Lo mejor es el trato que te de da su dueño y encargado, Julio Torrico. Luego de escoger la caja que hemos comprado,
cenamos, mas tarde una vuelta por la feria en la que está enmarcado el concierto y a la cama.
Dia 4
Mañana tranquila. Al mediodía nos vamos al montaje.
El equipo parece estar en buen estado, pero los subgraves no.
Pido unos cambios y poco a poco todo empieza a sonar correctamente.
Mas tarde, prueba de sonido tranquila, disfruto usando junto con Pereira la caja que he comprado.
El resto de la prueba va sin muchos problemas.
Nos vamos al hotel, comida-cena pues se nos ha hecho tarde, siesta y luego bolo.
El lugar está lleno, parece que toda Santa Cruz está ahí. Hace un calor tremendo. Incluso mas que la vez pasada. Se ve uno que otro desmayo en las primeras filas, pero están atentos los de protección civil y atienden a todos.
Cuando llego al control me doy cuenta que no han puesto vallas entorno a la zona de control de sonido y luces.
Hay gente por todos lados. Junto a la mesa, hay una cantidad de gente casi encima de nosotros. Les pido en vano que se retiren.
No puedo hacer mucho, solo espero que no toquen nada. Lo intento con miradas reprobatorias cuando veo a alguien demasiado cerca de los equipos.
Ese día, estuve un poco de mal humor, pero ahora me río de lo absurdo de la situación.
Arranca el concierto, no cambió tanto el sonido como pensaba.
El subgrave, como pasa habitualmente, aumentó una vez estaba lleno de gente.
Sonó bien, eso si, le saqué todo lo que daba al equipo.
Aparte de eso, el concierto discurre sin problemas, la gente disfruta, Baute se crece y hace que la gente participe.
Cuando ves esa sinergia entre público y artista, recuerdas el por qué de estar allí haciendo este trabajo, no es solo un trabajo más, es una forma de vida y una pasión por la música. A veces olvidamos esas cosas que nos han puesto a querer hacer esto y no se debe olvidar nunca. No se puede ir con desgana a tocar o a hacer un concierto al margen que no sea tu música o la que más te gusta. Cada día que empiezo a trabajar tras una mesa de sonido, intento tener siempre presente lo afortunado que soy.
Pronto la segunda parte. Estén atentos.
Muchas gracias por leernos.