Para los que no saben de qué va esto, les pido que busquen y lean la primera parte.
Para los que ya leyeron la primera parte, ahí va la segunda.
¡Que la disfruten!
Día 5:
De nuevo viaje temprano en Bus a Buenos Aires. Se respira cansancio.
Vamos a Aeroparque, donde cogeremos un vuelo a una ciudad que se llama Salta.
Facturamos, pero nos queda mucho tiempo libre hasta la hora de embarque.
El aeropuerto está justo frente al famoso río de la plata.
En ese paseo marítimo se puede encontrar puertos, discotecas, restaurantes.
También se pueden encontrar puestos de comida ambulante que nos recomiendan
algunos y otros no.
La verdad que puede que no sean muy sanos, pero esos lomos y choris estaban buenísimos.
Cómo ven en la foto hay un perro callejero con el que pasamos un buen rato, incluso,
nos ayudó a hacer una broma a Charly, el teclista.
El llevaba un rato jugando con el perro. En una de esas se descuidó y me hice pasar por el perro, zassss grrrrrrr……!!!
Le di un buen susto, pero el mejor lamentablemente para el estaba por llegar, jejejeje
Una vez en el avión, caemos desmayados y llegamos a Salta.
Salta es una ciudad del norte de Argentina bastante colonial y muy bonita, merece la pena andar por sus calles.
Una vez llegados al hotel salimos a cenar y comemos la especialidad.
Empanadas, mmmmmmmm ricas, no lo sabía pero las mejores las probaría en la siguiente ciudad.
Esa noche estoy muy cansado y no salgo, aunque sé de algunos que se fueron al casino. ¡Que viciosos!
Día 6:
Al día siguiente después de volver a comer empanadas, nos vamos al teatro Provincial. Este lugar tiene un aforo de 1500 personas. Tiene tres niveles, platea, palco medio y palco superior por cierto muuuuuy alto.
Cuando llego lo primero que hago es revisar el equipo de sonido Es un Nexo Geo S12. Este equipo Francés es idóneo para espacios medianos. Suena muy bien, pero está mal colocado. En ese ángulo con suerte el sonido llega al palco del medio.
La mayoría de las butacas está en el palco superior. Parece que para el encargado del equipo, los de arriba, al pagar menos, no tienen derecho a escuchar los agudos del equipo.
Empieza la discusión, que si no llega, que si, si llega, que confíe en el. Le digo que confío en el, pero sin oír nada ya veo que el ángulo y la altura no es suficiente.
Se niega, decido matarlo, pero solo en mi mente. Arrrrgghhhh!
Hay gente que no quiere usar su sentido común, ¿será que no tienen? ¡En fin!
Al cabo de un rato y una vez demostrado que no cubre bien el equipo, se busca una solución rápida pues para variar va todo muy retrasado no hay tiempo.
Al final el equipo se ajusta todo lo que da.
Abajo nos quedamos un poco cortos, subo el volumen del Frontfill ( Altavoces para las primeras filas) y así llego un poco mas lejos de manera que se cubre las primeras filas de la platea sin problema.
El backline ( Instrumentos de los músicos ) llega tarde y esto nos retrasa aún mas.
A pesar de todo, la prueba va sobre ruedas.
Esta banda se crece con los problemas y el buen humor nos hace salir adelante siempre.
El concierto sale bien, el público responde y grita como siempre a tope, jejeje.
Mike y yo decidimos vengarnos de Boris, el guitarra. El no sabía que le hemos grabado
roncando una noche. No hay quien duerma a su lado.
Hablo con Baute y le pido que le presente como: “El León de Cuba”
Así ocurre y pasa una vergüenza tremenda, pero el y toda la banda tiene un gran sentido del humor. Fue unos de los mejores momentos de la noche.
A partir de ahí se ha convertido en pieza indispensable en la presentación de Boris, jejejeje
Si miran el vídeo, está sobre el minuto 2:50
Pd: este vídeo no es del primer día que hicimos la broma.
Esa misma noche salimos a San Miguel de Tucumán, siguiente ciudad en la que actuamos. Es un viaje de unas 4 horas y media.
Cansados del día largo y duro que hemos tenido llegamos a Tucumán sobre las 6 de la mañana, eso si, no pegué ojo en todo el viaje pendiente de que el conductor no se durmiera. Estábamos todos en sus manos esa noche, Me siento metido de cabeza en una Road Movie.
Día 7:
Estar fuera de casa es duro. También he de decir que el amar lo que haces te hace que todo sea más fácil. Menos mal que internet está súper extendido por Argentina y casi siempre gratis en todos lados. Así se puede mantener un contacto mas continuo con la familia y tu mundo.
Al despertar del viaje de madrugada, nos vamos al recinto directamente.
Se llama Estadio Floresta.
Los estadios en Argentina son lo que en España se conoce como pabellón deportivo. Este tiene un aforo de casi 2000 personas. El sitio no suena bien, se nota al entrar, pero no es tan malo como pensaba. Ufffff menos mal.
El equipo es un Das Aero 38. Una vez más, está mal angulado. Arrrghhhh, ¿por qué a mi?. Menos mal que el personal tiene toda la voluntad del mundo para ayudar y corregir lo que haga falta.
La mesa que uso ese día es una Digidesing Profile. Esta vez no puedo conectarla a mi Ipad, por un problema técnico. Debo reconocer que es frustrante. Cuando le agarras el gusto se convierte en una herramienta indispensable.
Pues nada, a hacerlo como toda la vida. Me tengo que dar con una piedra en los dientes de poder usar un Line Array y una consola digital en la que se ahorra mucho tiempo a la hora de probar si ya tienes sesión hecha.
Después de la prueba, en el camerino, me encuentro en el catering unas empanadas. Boris, que aunque no lo crean no me guarda rencor, me dice que son increíbles. Pruebo una con la intención de comer como mucho 3 o 4 y casi me desmayo. ¡Eran brutales!, pero cuando probé las “Arabes”, sentí que no podía parar. Habían suficientes para comer muuuuuchas. Así hice, no me arrepiento, no sé cuando las volveré a probar, en definitiva eran un manjar.
El concierto va bien, la gente lo disfruta y casi ni me entero de lo rápido que pasa el tiempo. Cuando esto pasa es que el repertorio está bien estructurado y el público está animado, eso también hace la diferencia.
De ahí nos vamos al hotel sobre la una. Tenemos un vuelo a las 06.15 a Buenos Aires para coger otro a las 11.30 de allí a Corrientes. Dormiremos poco pero esto es así en ocasiones.
Dia 8:
Me levanto sobre las 5 de la mañana. Tras no desayunar pues nos habían dicho que habría desayuno y no había nada de nada (típica mentira de recepcionista del turno de la noche), nos vamos al aeropuerto.
Al llegar y después de facturar, desayuno en una cafetería.
Zumo, café y las divinas media lunas de grasa y de manteca.
Saco el dinero para pagar y uno de mis compañeros, no puedo decir quién es.
se da cuenta que facturó su cartera en la maleta con su dinero. ¡Qué despistado! Siempre se corre el riesgo de que te abran la maleta.
Le acompaño al mostrador a tratar de convencer al de la compañía de devolver la maleta
para sacar un “medicamento indispensable para la supervivencia de mi compañero”
milagrosamente le dan la maleta de vuelta, coge su cartera y nos vamos corriendo al embarque del vuelo.
Dormimos casi todo el vuelo. Al llegar a Buenos Aires notamos el frío que hace apenas al salir del avión.
Tuvimos que esperar en la terminal hasta que saliera el vuelo a Corrientes, que por supuesto se retrasó.
Algunos duermen, otros se distraen con sus ordenadores, algunos vamos a tomar café, comer medialunas ( ahora de regreso, no camino…….ruedo) y tenemos conversaciones de todo tipo. Al estar de gira esto te hace sentirte en familia.
De pronto, uno avisa que ve nuestras maletas desde el cristal del terminal viniendo en un carrito. las vemos apiladas en un carro, una de las nuestras (la Charly, el teclista) se cae bajo el carro y la persona que conduce la arrastra unos cuantos metros hasta que se da cuenta. Ufff, la ha dejado bastante malograda.
Nuestro compañero sufre desde la distancia, trata de hablar con alguien de la compañía y le dicen que tiene que esperar hasta el destino. Inevitablemente empiezan las bromas al respecto, ¡pobre Charly!
Tras un vuelo tranquilo de hora y pico y habiendo dormido algo, llegamos a Corrientes.
Ciudad también al norte como Salta o Tucumán, pero con un entorno natural muy distinto. Todo muy verde y a la ribera del río Paraná.
Ese mismo día tenemos concierto. Tenemos que ir corriendo al hotel, dejar las cosas y salir volando al recinto a preparar todo.
El recinto es un pabellón deportivo en el Club de regatas.
Muy reverberante para variar, cuando llego me encuentro el equipo que me habían prometido, pero esta vez muy bien ajustado. Un line array de la marca Italiana VCA.
De mesas dos M7, el resto de la historia ya la conocen.
A pesar de haber llegado con retraso estamos a tiempo para hacer nuestro trabajo, pero una vez mas, el backline no estaba a tiempo y tuvimos que esperar.
Después de la prueba y de todo un día comiendo sándwich, Mike y yo, nos vamos al restaurante del club, nos comemos un merecido y maravilloso Bífe de chorizo.
Luego concierto y todo en orden. Para el tipo de recinto estaba muy bien.
Después del concierto volvemos al hotel, muy bonito por cierto. Y cuál es nuestra sorpresa? Al lado tiene un casino. ¡Venga todos al casino a ganar, perdón a perder, jeje!
En breve la última parte, gracias por leernos 🙂